En el libro 1984 los ciudadanos de Inglaterra estaban constantemente vigilados por "telepantallas". Gran Hermano, líder del partido que regía en aquel entonces, controlaba que todos hagan y deshagan de acuerdo a las leyes impuestas por el sistema. No había otra opción que seguir las normas o, de lo contrario, el resultado era la muerte.
En la actualidad, el desarrollo de la tecnología y los medios de comunicación, han derivado en que estemos parcialmente expuestos al mundo, similar a la novela de Orwell. Quizás no por una obligación de índole vital, pero sí por un legado propio de la sociedad: las redes sociales, las cámaras y sobre todo la televisión nos envuelven dentro de un esquema suficientemente vertiginoso.
Ante tanta exposición medíatica, las personas cambian. Muchas veces sucede que no actúan de la misma manera cuando están solas que cuando están frente a una cámara dando un espectáculo mientras forman parte de un show.
Hoy en día el programa Showmach y su certamen de baile “Bailando por un Sueño” es algo de lo mas visto. Gracias a la tecnología aplica en este programa se pueden ver todos los errores coreográficos, ver las caras de los participantes cuando no son buenas y el detrás de escena. Estas ímagenes son tomadas por todos los programas de televisión y cada accion tine una crítica.
Los participantes, sin lugar a dudas, están expuestos a cientos de ojos puestos en ellos para verificar que efectivamente hagan lo correcto. Así como en 1984 el organismo máximo se cercioraba de que todos cumplieran a rajatabla la ley y por eso, todos ante las cámaras lo hacían.
De este modo, sometidos a estar permanentemente bajo observación los participantes no son libres de hacer lo que quieran. Si una de sus acciones en la incorrecta dentro de las reglas del certamen, luego se tendrán que retraer de lo sucedido.
El avance tecnológico ha logrado convertir, y aún sigue el proceso de modificación, a la sociedad en una vitrina pública.
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